Muchos hombres que se quejan de que están solos y que nunca logran salir con una mujer fallan precisamente en este punto, en el inicio de todo, y es que si no logras gustarle, crear una buena impresión, entonces ella te descartará de inmediato y tu no tendrás la posibilidad de lucirte con todos tus encantos.
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La importancia de la primera impresión
Las primeras impresiones son increíblemente duraderas. Una persona tarda apenas unos veinte segundos en mirarte y crearse una imagen de quien eres y puede pasar meses antes de cambiarla completamente.
Esto ocurre por procesos instintivos, nuestro cerebro se acostumbró a hacer una evaluación rápida de los alrededores y las personas para detectar si representaban un peligro, lo que era una habilidad de la que literalmente podría depender la vida en tiempos más primitivos en que los factores externos podían matarte.
Si tardabas demasiado tiempo evaluando si un tigre era peligroso, probablemente no salías de esa situación en perfecta salud. En la actualidad no tenemos amenazas similares, pero el instinto de evaluar rápidamente ha persistido.
Aunque parezca un poco drástico, puedes utilizar este mecanismo a tu favor, siempre y cuando hagas el esfuerzo consciente de ello.
Y es que, básicamente, cualquier técnica para lograr que se fije en ti pasa precisamente por este filtro de la primera impresión y comienza a partir de allí a trazar una estrategia definida que permita que ella conozca la mejor versión de ti mismo.
Es importante notar que el arte de agradar a una mujer y hacer que le gustes no se trata de mentir o manipular la verdad, sino de comenzar con buen pie para que ella tenga la apertura suficiente para conocerte con más profundidad.
Lo que debes evitar
Una vez comprendas la importancia de la primera impresión, entonces sabrás que es fundamental saber que le agrada a una mujer de un hombre pero aún más imprescindible es saber precisamente qué es lo que ellas detestan en un hombre para poder evitarlo completamente.
A veces son pequeños detalles, que has naturalizado y que no te parecen desagradables pero que de entrada causan una impresión terrible.
Por ejemplo, a ti te parecerá normal bromear con tus amigos acerca de tu lujoso auto deportivo de último modelo (que no existe) pero si una chica te escucha no pensará que estás bromeando, sino que creerá que eres una persona ostentosa y superficial.
Algunas de estas cosas son:
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Hablar de ti todo el tiempo
Una cosa es darte a conocer, querer que ella sepa cosas de ti, demostrarle con entusiasmo tus intereses y lo que te gusta hacer pero otra muy distinta es que cuando te haga una pregunta, termines dando un discurso de tres horas a ella y a todo el que te rodea, en el que te remontas a tus orígenes y tu tormentoso pasado.
Hablar de ti y hacer que la conversación gire siempre en torno a lo que haces o viviste es sencillamente aburrido y esto es un error, que hará que ella quiera salir corriendo, porque parece que no te interesa conocer su opinión o lo que sea que ella tenga que decir.
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Hablar siempre del pasado
Es magnífico que hayas vivido una experiencia inolvidable cuando estabas en tercer año de la universidad, pero si toda tu conversación gira en torno a anécdotas e historias que ocurrieron hace unos cuantos años, da la impresión de que alcanzaste tu punto alto en esa época de tu vida y que no haces mucho en la actualidad.
Mucho peor si esas anécdotas son sobre las fiestas salvajes de tu época universitaria o de secundaria, porque habla de tu inmadurez actual y cómo añoras esos momentos de los que, si bien vivimos todos, la mayoría estamos un poco avergonzados y queremos olvidar.
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Errores ortográficos en los mensajes
En una época en la que la mayoría de las comunicaciones se hacen de forma escrita y en la que casi todos los aparatos electrónicos cuentan con un sistema de corrección automática, enviar mensajes de texto y correos electrónicos con errores ortográficos resulta francamente terrible.
En primer lugar te hace quedar como una persona tonta, poco preparada, y por otra te hace ver como alguien descuidado, que no se preocupa por hacer las cosas bien.
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Ser excesivamente complaciente
A las mujeres les encanta un hombre que sea capaz de reconocer lo hermoso que hay en ellas, que sea caballeroso y atento, pero si se te va la mano y le haces halagos cada tres segundos, intentas atenderla todo el tiempo, complacer todos y cada uno de sus deseos y peticiones , casi sin dejarla respirar, entonces dejas de ser alguien amable y te conviertes en una persona servil, que puede parecer hasta extraño y sospechoso.
Ese tipo de actitud servil, sobre todo al principio cuando apenas estás conociendo a alguien, suele ser típica de los hombres pervertidos o abusadores, que buscan atrapar rápidamente a sus víctimas y encubren su verdadera naturaleza con este comportamiento exagerado; así que no te extrañe que las mujeres huyan de los hombres de este tipo y se sientan incómodas con tal despliegue de atención. Probablemente no sea tu intención, pero aprende a medir tus atenciones para evitar esto.
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Asumir una pose falsa para impresionar
Muchos hombres, sobre todo aquellos que tienen inseguridades y baja autoestima, deciden de forma consciente o inconsciente una pose para impresionar a la mujer que les agrada.
Puede ser que se comporten de forma extravagante, que sean ostentosos, sea cual sea la careta que asuman, normalmente tienen el efecto contrario al que desean lograr; pues las posiciones deshonestas y las máscaras suelen caerse con rapidez.
Las mujeres tienen un sexto sentido incorporado y suelen ser capaz de ver a través de esas pretensiones, y si alguna cae en la trampa, no tardará demasiado en notarlo y en dejarte de lado, además de regar la voz para que otras chicas te eviten.
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Ser irrespetuoso con otras personas
Hay hombres que para demostrar superioridad o ejercer poder se comportan de forma ruda o irrespetuosa con las personas a su alrededor.
De hecho, hay quienes aconsejan hacer esto como técnica de seducción, para que ella se sienta especial. Por supuesto que, por contraste, la chica notará que estás tratándola mejor que al resto del mundo, pero también pensará que te estás comportando como un idiota y no querrá saber de ti.
Tratar mal al mesero o a cualquier otra persona que interactua contigo no es algo que haga lucir poderoso, sino inseguro y con baja autoestima.
Lo que debes hacer en sólo 6 pasos
Ahora que ya sabes exactamente qué cosas debes evitar, estás listo para saber con exactitud cuáles son esas cosas que puedes hacer para ganar su atención.
Es necesario recordarte que no hay una fórmula mágica que te permita saber cómo agradarle a una mujer en todas las situaciones, no sólo porque cada chica es un mundo aparte, sino porque cada situación es diferente.
No es lo mismo intentar gustarle a una mujer mayor en una cafetería que intentar conquistar a una chica joven en una fiesta. Confiamos en tu buen juicio para saber cuáles aspectos de estos pasos son aplicables a todas o casi todos los momentos y cuáles pueden funcionar en otros.
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Cuida tu apariencia
Esto no es negociable. Cuidar tu apariencia es imprescindible para causar una excelente primera impresión. No se trata únicamente de ser guapo o de tener un físico de infarto (que también ayuda), sino de estar pendiente de todo lo que implica estar presentable y lucir lo mejor que se pueda dentro de los estándares culturales y la situación.
Lucir bien implica, en primer lugar, tener una higiene personal impecable. Bañarse a diario, cepillarse los dientes y no tener mal aliento, el cabello limpio, estar bien afeitado o con la barba muy bien cuidada, las uñas de las manos (y las de los pies, nunca se sabe si estarás en una situación en la que debas quitarte los zapatos) bien cortadas y pulcras.
Lava concienzudamente todos los resquicios de tu cuerpo (incluyendo el ombligo y detrás de las orejas, es en serio). Usa perfume discretamente, a ellas les encanta siempre que se use con moderación.
Otro aspecto de tu presencia está relacionado con la ropa que utilizas. No hace falta que sea el último grito de la moda, o que sea costosa; sino que esté limpia, que huela bien, esté sin arrugas y luzca prolija.
Cada quien tiene su estilo personal y eso es respetable, pero el tipo de atuendo que utilices debe estar adecuado a la ocasión. Por ejemplo, presentarte en un cóctel en shorts de jeans, una camiseta y sandalias es completamente inapropiado, pero también lo es llegar a una reunión en la playa vestido de traje y corbata.
Otro aspecto importante de tu ropa es que si bien no tiene que ser de última tendencia, evita parecer rescatado de décadas pasadas. Elimina de tu armario las prendas excesivamente anticuadas y prefiere comprar prendas básicas de buena calidad, que resistan el paso de los años sin dejarte en ridículo.
Si ella pone esfuerzo en su apariencia, desea un hombre que haga lo mismo.
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Aprende a moverte en sociedad
A una mujer le encanta un hombre que sabe conducirse con seguridad y aplomo frente a cualquier tipo de persona, que no se siente intimidado ante otros individuos y que disfruta compartiendo y conversando con otras personas.
Saber moverse en sociedad también implica saber qué temas tocar en determinadas ocasiones, qué cosas debe evitar y cómo puede ayudar a mejorar el ambiente.
Saber hacer chistes y tener una buena actitud frente a los demás también ayuda a proyectar una buena imagen frente a una mujer mayor que tú, y es que quedarse callado en un rincón, sin saber cómo actuar o qué hacer o cómo integrarse en una conversación es un signo de inmadurez.
La destreza social te la da la experiencia, los años, pero también aprenderse con un poco de práctica e intención.
Sólo observa a aquellas personas que se mueven como pez en el agua en estas ocasiones y trata de notar cómo es su actitud, la forma en que tratan a los demás y de qué hablan.
Si eres introvertido, esto puede ser un poco difícil, pero piensa que es una habilidad que te traerá grandes beneficios en distintos ámbitos de tu vida.
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Pídele que te ayude con algo o te haga un pequeño favor
Este es uno de los pocos trucos que pueden funcionar. Pídele que te haga algún favor pequeño o sencillo, puede ser que te pase un lápiz, que te sostenga algo por unos segundos, cualquier cosa sencilla que implique que ella haga algo por ti. Esto hará que quiera ayudarte a futuro y que le agrades.
Esto ocurre porque existe un efecto llamado “Benjamin Franklin” que muchos coachs y estudiosos del comportamiento utilizan, este efecto dice que una persona que te ha hecho un favor es más propensa a hacerte otro, incluso es más efectivo que hacerle favores.
Esto es porque la persona internaliza que si te ha hecho un favor es porque le agradas. Ojo, no vayas a abusar mucho de esto, porque puede parecer que te estás aprovechando de ella o que la estás utilizando.
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Ten una vida propia
Con intereses diversos, una carrera, profesión, preferencias y todo lo demás. Parece algo muy obvio, pero la verdad es que las personas más atractivas son aquellas que tienen una vida rica, con distintas experiencias y que tienen mucho más para compartir con quienes le rodean.
Cuando tienes un pasatiempo interesante, una profesión que te apasiona y nuevos intereses, cuando sabes qué quieres y qué es lo que te gusta, inmediatamente comienzas a tener mejores anécdotas, una personalidad mucho más compleja, además de mejores herramientas para conversar con la mujer que te agrada.
A las mujeres no les gustan los hombres que no tienen nada que hacer o que pierden su tiempo porque les da la impresión de que pueden ser personas dependientes y aburridas.
Por otra parte, si tienes un pasatiempo cool, como tocar un instrumento, pintar o bailar, tienes puntos extra ante sus ojos, porque podrían compartir ciertos gustos e intereses. A través de tus gustos compartidos podrías establecer vínculos rápido y fácil.
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Hazle un cumplido genuino
Las mujeres están acostumbradas a los piropos referentes a su apariencia. Si le dices que tiene lindos ojos o sonrisa, créeme que no serás el primero y ese halago pasará por encima de su radar, es más de lo mismo de siempre. Sin embargo, un halago genuino puede hacerte destacar de una multitud de hombres.
Un cumplido real, concienzudo es el que surge de algo de lo que ella puede estar realmente orgullosa y que pocas personas notan. Por ejemplo, todo el mundo puede ver sus ojos y es uno de esos halagos comunes, que todo el mundo dice incluso sin creerlo realmente. Te preguntarás cómo hacer un halago real, pues el secreto está en aprender a poner atención.
Ponerle atención a una mujer implica muchas cosas, a distintos niveles. En un punto inicial se trata de ver su apariencia, pero evaluar más allá de lo evidente. Por ejemplo, el azul de la falda puede resaltar el color de sus ojos, eso es un cumplido real y elaborado.
Luego, poner atención es escuchar genuinamente lo que te dice, hacer preguntas adecuadas, involucrarte en la conversación y notar cómo habla, las cosas en que destaca, lo que disfruta.. allí puedes ver otros aspectos que puedes hacer notar de forma casual, por ejemplo “es genial que tengas tan buen acento cuando pronuncias cosas en inglés”.
Una vez más, no te excedas con los cumplidos y atenciones, debe ser natural.
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Comparte algún secreto
Este es otro truco que funciona de maravilla con una mujer difícil. No se trata de que seas un libro abierto y confieses el más íntimo de tus secretos, sino que compartas con ella algún aspecto de ti que no le dirías a todo el mundo.
Por ejemplo, podrías decirle, si estás en una fiesta, que este tipo de situaciones sociales te ponen un poco nervioso pero que en realidad lo haces porque puedes conocer gente interesante. Es una confesión pequeña, inocente, pero suficiente para crear un ambiente de confianza inmediato.
Cuando te expones como alguien vulnerable, que tiene alguna debilidad, permites que se establezca un puente entre ustedes dos, porque en situaciones sociales la mayoría de las personas colocan frente a si una fachada para mostrarse de una forma favorecedora, pero en realidad todos tenemos más o menos las mismas inseguridades y dudas.
En el momento en que una persona se despoja de estas pretensiones, se muestra como alguien auténtico y real se hace inmediatamente más agradable, sensible y fácil de tratar.