*También te puede interesar saber sobre como exitar a una mujer en la cama.
La mayoría de los hombres cometen el mismo error durante el sexo: tienen una rutina que aplican con todas y cada una de las mujeres. Parecieran que se aprenden un guión y pretenden seguirlo con todas sus parejas, sin entender que cada mujer en la cama es distinta, cada una se pone caliente con cosas particulares; no existe una forma única y universal de hacer el amor, eso es algo que se aprende en el momento y que vas descubriendo a medida que conoces su cuerpo y sus hábitos. Sin embargo, puedes seguir estos pasos para enloquecer a una mujer, entendiendo que no tienen un orden específico y que no son obligatorios. Úsalos sabiamente.
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Tómate tu tiempo
Si quieres saber cómo hacer enloquecer a una mujer de placer en la cama, necesitas saber que el sexo no es una cosa de unos minutos en los que buscarás complacerte. Ella tiene que ser tu objetivo principal, su placer es tu única razón de vida en ese momento; y por ello debes recordar que una mujer debe invertir más tiempo para poder alcanzar el nivel de excitación necesario para poder tener orgasmos fuertes, prolongados y repetidos. Por esta razón los preeliminares deben ser intensivos, reales, orientados a complacerla. Relájate y comienza a explorarla, hay muchísimo placer en dedicarte completamente otra persona, además, si la haces sentir bien, te asegurpo que ella te devolverá el favor con creces.
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Dedicate a los preeliminares
Hay quienes piensan que los preeliminares consisten en besarla, tocar o jugar con sus pechos, unos breves minutos de sexo oral y luego van directo a la penetración. Esto no sólo es aburrido, predecible, sino que te hará quedar como el peor amante de la historia. Piensa que la excitación de una mujer debe construirse como los cimientos de una casa, por capas, y que sólo una muejr realmente excitada será capaz de relajarse lo suficiente como para tener orgasmos múltiples y regalarte horas de placer intenso.
Los preeliminares son lo más importante pues son la base sobre la que construirás esa noche de placer. Por favor no vayas directamente a sus pechos o a frotar su clítoris y penetrarla con tus dedos. El objetivo es que ella te ruegue que la toques allí. Para ello, regodéate en su cuerpo, acariciala por completo, explora nuevos lugares, bésala de pies a cabeza, lame toda su anatomía, olvídate de las zonas erógenas típicas por un buen y dedícate a conocerla.
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Bésala profundamente
Los besos apasionados son la antesala al juego previo y no deben escasear durante todo el acto sexual. Y es que si de verdad como enloquecer a una mujer tienes que entender que no puedes descuidar sus labios en ningún momento. Los besos apasionados, que pueden ir subiendo la intensidad hasta convertirse en suaves mordiscos, son el lenguaje sin palabras con el que comunicarás tus intenciones.
Un beso profundo y apasionado involucra todo tu cuerpo. Debes tomarla con firmeza y seguridad entre tus brazos, dejando que sienta todo tu cuerpo contra el de ella, bésala suavemente primero y aumenta el ritmo. Evita besarla fuerte y con lengua de una vez, eso no es nada excitante, debes calentarla poco a poco con tus besos acariciando su cuerpo, rozando suavemente con tus dedos cerca de sus pechos, pero sin tocarlos de lleno. Esto es porque necesitas jugar con ella, tentarla y dejarla deseando más. Lo que nos lleva al siguiente paso.
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Tiéntala
Nada pone más caliente a una mujer que juguetear con ella, tentarla con tus besos, con tus manos, rodeando todas las zonas erógenas sin tocarlas, sin verdaderamente concentrarte en ellas. Esto magnifica las sensaciones y así, cuando llegan al orgasmo, es una verdadera explosión de placer.
Acaricia todo su cuerpo, lentamente, primero con un tacto firme (no seas brusco, por favor) y continuo, pero cuando te acerques a las zonas más sensibles, transforma tu caricia apenas en un roce. Por ejemplo, toca sus piernas, acarícialas completamente de arriba a abajo, recorre sus muslos con tus manos, pero cuando te acerques a la parte interna, cerca de su entrepierna, limítate a rozarla suavemente, muy muy cerca, pero sin tocarla. De hecho, esas zonas del cuerpo son increíblemente sensibles y la prepararán para el siguiente paso.
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Besos en el cuello
Parece muy simple, ¿verdad? Pero en realidad esta movida es la respuesta para aquellos impacientes que siempre se preguntan cómo hago para enloquecer a una mujer. El cuello de una mujer, concretamente la parte trasera es una zona plagada de terminaciones nerviosas, de hecho, si la tocas en cualquier otro momento ella se estremecerá y sentirá cosquillas, pero si lo haces cuando ya está excitada, se llevarán una sorpresa. Hay quienes besan un poco esta parte y luego se van a otro lugar y nunca explotan el verdadero potencial de esta zona.
Tómala de espaldas, acércala completamente a tu cuerpo, sostenla por las caderas con una mano, la otra puede explorar su vientre y sus pechos, mientras besas suavemente la parte trasera de su cuello, hazlo durante varios minutos. Te sorprenderá lo mucho que lo disfrutará y si se hace durante la penetración a casi todas las hará gritar.
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Hazla venir antes de penetrarla
Si eres capaz de darle un orgasmo antes de penetrarla, usando tus dedos o tu lengua, entonces tendrás una gran ventaja, pues no sólo estará más preparada para seguir disfrutando, estará más desinhibida y cachonda, sino que automáticamente te recordará como un buen amante. Hacer que ella se venga primero, retrasar tu placer sólo para sentirla estremecerse ante los embates del orgasmo antes de preocuparte por ti es una forma sencilla y fantástica de prolongar el acto sexual y regalarle mucho más placer.
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Explora y descubre nuevos puntos sensibles
Los hombres que son capaces de hacerlas enloquecer durante el sexo son aquellos que pueden establecer una cierta conexión con su pareja durante el acto sexual. Es como si fuese capaz de adivinar lo que necesita su pareja, como si pudiese leer si mente y en realidad se trata sólo de aprender a observar y conocer con quien sea que compartes la cama. Es algo muy sencillo, pero si pones atención, podrás saber qué quiere ella y podrás dárselo antes de lo que necesite.
Toma tiempo para recorrer completamente su cuerpo con tus manos y con tu lengua. No se trata de pasar horas en este proceso (aunque si lo haces, mucho mejor, pues tendrás puntos extra. Nada como un día de sexo, dedicándote a conocer todos sus puntos sensibles), sino de poner atención. Si ya está excitada, entonces todo su cuerpo será sensible al roce y caricias, por lo que podrás ver en qué partes disfruta más. Prueba con la parte interna de sus muslos, detrás de las rodillas, dedos de los pies, cuello, orejas, vientre y costados, que suelen ser lugares sensibles.
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Aprende a hacerle sexo oral
Hacer sexo oral a una mujer no tiene que ser una obligación previa y corta que sirva como preparación antes del sexo. Las sensaciones que pueden regalar tu lengua y tus dedos son inigualables y deliciosas. Su clítoris es la fuente principal de placer y es extremadamente sensible, así que debes aprender cómo tratarlo. No temas preguntar durante el proceso si le gusta, pídele que te de instrucciones, relájate y disfrútalo.
Evita lamer el clítoris de inmediato y con demasiada fuerza, como si estuvieses intentando quitar una mancha. Comienza con suavidad, relaja la lengua primero y recorre toda la vulva, humedeciéndola, explorando. Luego da unas lamidas cortas y suaves sobre el clítoris, escucha sus gemidos, interpreta sus movimientos. Dependiendo de sus gustos, de lo que te pida, podrás lamer, succionar y tocar este punto tan delicado y placentero.
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Prolonga tu duración en la cama
No hace falta enloquecer a una mujer haciendo el amor toda la noche, pero tampoco podrás considerarte un amante decente si apenas inviertes veinte minutos haciendo el amor. Entendemos que hay momentos excitantes, que ella te trae de cabeza y se mueve divino, pero evita eyacular demasiado rápido. Una mujer se desencantará si apenas comienza a excitarse y tú ya estás terminando tu trabajo.
Hay varios trucos que puedes usar para durar más tiempo. Pensar en béisbol o cualquier otra cosa es muy mala idea porque te distraerá completamente del acto sexual y puede convertirse en algo mecánico. Lo que necesitas aprender es a trabajar con tu ritmo, pero también puedes hacer otras cosas, como parar cuando estés cerca y comenzar a hacerle sexo oral por unos minutos, mientras te recuperas. Si lo haces con naturalidad, ella ni cuenta se dará.
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Juega con el ritmo
Este es un truco clásico, pero hay quienes lo olvidan o lo aplican únicamente para prolongar su placer. Es muy simple, cuando sientas que ella está a punto de venirse, por sus gemidos y ritmo, baja la intensidad de tu penetración, cambia la posición, mueve tus dedos o lengua a otra zona.
Es parte del juego de la seducción y ese sube-y-baja de adrenalina, que la hará implorarte, intensificará su orgasmo. Es un poco sadomasoquista, pero te darás cuenta que a ella le encantará descubrir que cada vez que te detienes estás logrando que su próximo orgasmo sea violento e incontenible.
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No temas ser dominante
Ser dominante no significa obligarla a hacer cosas que no quiere, sino que se trata de ser firme, controlado y seguro. Es ser capaz de decirle exactamente lo que quieres que haga. Dile que se coloque de rodillas y exponga su trasero, que te cabalgue, tómala con decisión y firmeza. Expresa exactamente lo que quieras. Puedes incluso probar con hablarle un poco sucio e incluso ser un poco rudo, experimenta con tu dominancia y prueba cuáles son las fronteras de ambos.
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Cambia de posición para enloquecerla
Cambiar de posición es una de las formas de mantener la chispa encendida, de permitirte un pequeño descanso para prolongar tu erección y de mejorar los ángulos de penetración y darle más placer. Hay ciertas posiciones sexuales que enloquecen a la mujer, pues permiten un contacto directo con el clítoris o con ciertas zonas que son sensibles o sencillamente son más excitantes.
Una de las mejores posiciones para enloquecer a una mujer es muy simple, pues consiste en la variación del clásico misionero: coloca una almohada bajo sus caderas, luego toma sus piernas y levántalas, de forma que sus rodillas queden en tus hombros y comienza a mover tu pelvis frotando un poco sobre ella. Esto tiene dos efectos: acorta el canal vaginal, haciéndola sentir más llena (y tu pene más grande) y tu hueso púbico rozará su clítoris. Se vendrá en un santiamén y la harás gritar como nunca.
Otra posición perfecta para hacerla gritar es colocarla sobre ti, sentada cabalgándote mientras tú estás sentado con las piernas estiradas. Ella tendrá el control de la penetración y la velocidad, pero tu podrás guiar sus caderas con tus manos. No dejes que se eleve demasiado, más bien presiónala un poco hacia abajo, para que su clítoris roce con tu pubis. También puedes empujarla un poco hacia atrás, apoyándose ella en sus codos o manos, de ese modo la penetración se hará más profunda y tendrás espacio para jugar con su clítoris, mientras lames sus pechos. Esta es una combinación explosiva, que seguramente la hará gemir y pedirte más.