Por haber podido acumular miles de razones para odiarme y no haberlo
hecho. Miles de razones, de capricho y cosas sin sentido que hubiesen sido
motivo de dejarme, y nunca haberlo echo…
¡Bravo! por llenarme de alegría, por traer cada día la felicidad a mi vida. Por la
pasión y la ternura que todavía llenan nuestros días. Por querer compartir
conmigo cada minuto. Por ir siempre en la misma dirección, por darme tantos
momentos y llenarlos de sentido.
Gracias por serlo todo, por nosotros dos. Y estos once meses, casi un año que
nos da dado la vida para ganar la batalla!
Eres la persona de mis sueños, eres el lechón que siempre esperé! y cuando
estamos panza con panza no hay más nada. ¡Solo nosotros dos, somos el mundo!
No hay dolor que me detenga, no hay planeta que me eclipse, o que de tu lado
me desvíe porque… ¡me enamoré de ti!